Concordia, Entre Ríos, 8 de mayo de 2017 - La agricultura familiar cumple un importante papel en las economías regionales. La comercialización en circuitos de proximidad de alimentos frescos producidos a nivel local y de forma sostenible se convirtió en un factor clave para mejorar la competitividad de los pequeños productores y ofrecer a los consumidores productos próximos a su localidad.

En ese marco, en Entre Ríos, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), como integrante de la Agencia para el Desarrollo de la Agricultura Familiar y la Seguridad Alimentaria, trabaja activamente en las ferias locales con información y herramientas técnicas. Realiza acciones relacionadas con la inscripción de los productores en el Registro Nacional Sanitario de Productores Agropecuarios (Renspa), así como también la aplicación de normativas vinculadas con la verificación de procesos de almacenamiento y distribución de frutas y hortalizas.

En el predio, ubicado en el paseo Parque Botánico del vivero municipal de la ciudad de Paraná, se pueden adquirir verduras cosechadas en el día como lechuga, acelga, espinaca, tomates y morrones. Además, se suman producciones locales que se llevan a cabo en el Parque Hortícola y en otros puntos de la región, como quesos, salames, dulces, mermeladas, productos de panificación y algunas artesanías.

El objetivo de las ferias, donde además de los productores del parque hortícola también participan escuelas agrotécnicas y microemprendedores, es facilitar un espacio de comercialización organizado administrativa y sanitariamente que permite a los productores vender y a los consumidores comprar, en forma directa, productos frescos, inocuos y a muy buen precio.

En representación de la Comisión de Agricultura Familiar (Senaf) y del Centro Regional Entre Ríos del Senasa, Carolina Kaul, señaló que “cuando se hacen ferias de este tipo es importante aprovechar para darle visibilidad a este sector, para que se tome conciencia de los productos excelentes de la agricultura familiar”.

Estas experiencias dan cuenta de que el apoyo a estas nuevas formas de comercialización, además de mejorar los ingresos de los pequeños productores, también influyen de manera positiva en los hábitos alimenticios de las comunidades.