Razones para cocinar con los niños

PEQUEÑOS GRANDES CUIDADOS

Razones para cocinar con los niños

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Cocinar es una actividad que nos llena de sabores y placeres. Por eso desde el Senasa en el marco de la campaña “SUH: pequeños grandes cuidados” alentamos la incorporación de hábitos saludables en los niños.

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BUENOS AIRES, 24 de enero de 2018 - En general las madres, padres y otros miembros de la familia pasan gran parte de sus vidas alimentando a sus niños, sin embargo, integrarlos y cocinar con ellos es también un momento importante. Cuando los niños colaboran en la cocina se sienten orgullosos y útiles porque saben qué hacer. No se trata solo de alimentarlos sino también de desarrollar aptitudes a partir de la combinación de ingredientes: una habilidad básica que sirve para toda la vida.

Al elaborar alimentos transmitimos sabores, culturas y actitudes que hemos incorporado a través de generaciones. Invitar a los niños a la cocina desde una edad temprana afianza estos conceptos, compartiendo recetas, consejos, recuerdos y hábitos que identifican a nuestras familias y a nuestro pueblo en donde lo más importante es pasar tiempo juntos desarrollando hábitos saludables.

Desde el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) promovemos esta interacción con consejos para una alimentación saludable ya que, si bien debemos tomar recaudos en cuanto a riesgos como el fuego y el agua caliente, existen muchas razones prácticas para enseñar a los niños a cocinar.

Enseñar alimentación saludable

Al cocinar podemos conversar sobre salud con los niños, este momento brinda la oportunidad de charlar sobre enfermedades como el síndrome urémico hemolítico (SUH), que suele estar presente en la materia fecal de animales y personas, y que puede resultar mortal en menores de 5 años de edad o provocar daños irreparables en la salud de las personas.

Adquirir hábitos de prevención de enfermedades

Para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos (ETA) es fundamental que los niños aprendan una serie de precauciones al comprar, almacenar, trasladar, cocinar y consumir alimentos. Los pequeños adquirirán estos hábitos con mayor facilidad si comprenden el rol que juega cada uno de ellos en la preparación de las comidas, por ejemplo, observando las fechas de vencimiento, los tiempos de cocción y la correcta forma de almacenamiento en la heladera, entre otras.

Entre los “pequeños grandes cuidados” están:

  • Lavarse las manos antes y después de tocar animales, manipular alimentos e ir al baño.
  • No almacenar las verduras crudas al lado de la carne, indistintamente de si se encuentra o no cocida.
  • Lavar las verduras con agua (dos gotas de lavandina por litro de agua), dejando reposar la misma al menos 5 minutos.
  • No usar la misma tabla y cuchillo para cortar la carne cruda y las verduras que no se cocinarán, así evitaremos la “contaminación cruzada”.
  • Consumir siempre agua potable y lácteos pasteurizados.

Probar nuevos alimentos

Es más probable que los niños prueben y aprecien ciertos alimentos cuando los cocinan con mayores. Por eso cultivar una actitud abierta y receptiva ante los alimentos puede contribuir a desarrollar adultos con una actitud similar que han incorporado alimentos variados, nutritivos y saludables desde pequeños.